La Torre de La Atalaya situada en el cerro del mismo nombre en el término municipal de Onda (Provincia de Castellón, España) corresponde a una torre de vigilancia de época musulmana, aunque algunos la atribuyen al periodo romano. Se sitúa en la cima de una colina de pronunciada pendiente perteneciente a la Pedrissa, sobre el cauce del río Mijares y está visualmente comunicada con el Castillo. La torre es cilíndrica y presenta una altura de aproximadamente 5 metros, formada por bloques de piedra con argamasa. Esta torre tuvo la función de vigía y custodia del camino de herradura, presumible vía romana, que discurría a sus pies, a través de las montañas de la Pedrissa.
Actualmente quedan en pie la Ermita de Santa Catalina y la Capilla del Calvario, que se encuentra a la derecha de lo que sería la puerta principal del convento, añadida en el siglo XVIII como almacén y posteriormente en 1836 destinada a capilla.
El resto de muros del convento no permiten deducir ningún tipo de funcionalidad concreta; solamente una edificación de tres pisos al sur del yacimiento, con una arcada en el piso superior, característica de las construcciones valencianas de los siglos XVI al XVIII. También se detecta la presencia de subterráneos y de lo que sería una cisterna.
El historiador Mundina cuenta que la iglesia era muy espaciosa y de orden corintio. Durante la Guerra de la Independencia fue utilizada como caserna de los españoles y como hospital, ocupado después por los franceses. Mientras tanto, los religiosos se trasladaron a la población y volvieron a ocuparlo después de la guerra. En 1835 fue desamortizado con una exclaustración forzosa de los frailes y quemado por los portugueses en 1836, destruyéndose definitivamente, quedando en pié únicamente la ermita actual.